martes, 29 de abril de 2014

Honda CBR 125 R 11

Frente a las deportivas europeas diseñadas con grandes dosis de pasión, Honda prefiere imponer la razón para su R de 125 cc con un motor no tan exprimido y suspensiones de menor calibre, con el fin de conseguir un vehículo muy ligero y muy efectivo. Eso sí, para ganarse al público de las deportivas de la convalidación aumentan el tamaño de esta nueva CBR 125 R con respecto a la anterior y la visten a imagen y semejanza de la nueva CBR 600 F.


De siempre, esta categoría de motos en la cilindrada del “octavo de litro” ha estado dirigida a los chavales de 16 y 17 años que se acaban de sacar el carnet A1. Y todavía siguen formando el grueso de las ventas. Pero, a pesar de que la natalidad haya hecho descender su club de fans, se compensa con una nueva contribución: la de los usuarios de coche que no tienen tiempo de sacarse el carnet de moto grande y que les “tira” desplazarse a su lugar de trabajo en una moto de corte deportivo y que vista como una grande.

En este sentido, el mercado ofrece una gran variedad de modelos y precios con los que además se baten récords en velocidad máxima (más de 120 km/h reales) sacando, pues, todo el jugo a sus 125 cc.

Pero llevar ese “cuerpazo” tiene un precio, o mejor dicho, dos. Porque, por un lado, esos componentes de calidad pensados para acompañar a un tetracilíndrico de 136 CV aumentan sensiblemente el coste de la moto, y por otro, son un lastre, para 15 modestos caballos. La lógica japonesa, a la que se apuntan esta Honda CBR 125 R y, en parte, la Yamaha YZF R-125 (por su contribución europea), es hacer una moto pensada para ser impulsada por un motor de 125 cc. En esa filosofía, la prioridad nº 1 es el peso, evitando lastrar el motor con demasiada carga y, por ello, se escogen elementos de suspensiones más “normalitos” y sencillos: una horquilla sin invertir con barras estrechas y frenos de disco de diámetros más acordes con las prestaciones que se van a desarrollar.

Evitar lastrar al motor… y al bolsillo. La filosofía Honda de 125 cc encajaba muy bien con la versión anterior de esta CBR: poco peso, poca resistencia de rodadura de sus neumáticos y tamaño compacto, tan compacto que estaba muy bien dirigido a las tallas asiáticas, sobre todo del mercado doméstico tailandés donde se fabricaba. Pero hay que recordar que la CBR 125 R es una moto global, dirigida a muchos mercados de casi todos los continentes y no al asiático fundamentalmente. Para ello, se ha hecho necesario una profunda revisión en la que la nueva CBR 125 R (se sigue manteniendo la misma denominación e, incluso, el precio) ha crecido en tamaño para adaptarse mejor a nuestro mercado, aunque a costa también de calzar unas gomas de sección “europea”. Y todo ello vestido con el nuevo estilo de Honda que lucen modelos como la VFR 1200 y la CBR 600 F, con la que cuesta diferenciarla, sobre todo, con la decoración blanco-azul- rojo que mostramos en la unidad de pruebas.

Los mandos tienen el buen tacto típico de Honda, destacando el funcionamiento del embrague por lo blando y suave que se muestra. A esto, añade un selector muy preciso, por lo que encontrarás muy agradable el manejo del cambio. 










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